BBC Mundo | América Latina | Chile: estudiantes exigen reforma

Gilberto Villarroel Santiago de Chile

Más de medio millón de estudiantes secundarios protestaron este martes en las principales ciudades de Chile por la calidad de la educación y exigieron acceso gratuito a algunos servicios.

Los estudiantes del sector público, que efectuaron paros y tomas de sus colegios, contaron en algunos casos con el apoyo espontáneo de padres, apoderados y profesores y también de estudiantes de colegios privados y universitarios.

Algunos medios de comunicación estimaron que fue la protesta estudiantil más masiva desde 1972.

Esta es la primera movilización social y protesta de envergadura que enfrenta al gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, en el poder desde marzo de este año.

El gobierno

La presión estudiantil obligó al gobierno, por segunda vez en 48 horas, a reiniciar las conversaciones con los dirigentes estudiantiles, mientras en el centro de Santiago y en algunas regiones se registraban incidentes entre estudiantes y policías (carabineros), con más de 300 detenidos, una estudiante y un policía heridos.

Mientras, el ministro de Educación, Martín Zilic, recibía a un grupo de dirigentes estudiantiles en una nueva ronda de negociaciones, en los salones de la Biblioteca Nacional, en Santiago.

Bachelet y el ministro Zilic advirtieron en un inicio que no conversarían bajo presión -la presidenta aseguró que no se podía dialogar y "estar golpeando bajo la mesa" a la vez- pero la extensión de las protestas los obligó a negociar.

La mandataria admitió la necesidad de "una nueva reforma educacional", un tema en el que coincide todo el espectro político del país.

Lo que piden

Las principales demandas de los estudiantes incluyen la rendición gratuita de la Prueba de Selección Universitaria y la gratuidad del pase escolar en el transporte público.

Vamos a tener el surgimiento de demandas que no van a referirse a un eje sociopolítico sino que van a ser movimientos sociales transversales

Una reforma enviada al Congreso en 1992 nunca pasó de los primeros trámites legales y fue archivada en 1997.

Ya en días pasados el gobierno anunció becas para los jóvenes más pobres. Pero los estudiantes todavía no están satisfechos.

Este domingo, en el centro de Santiago, la Plaza de la Ciudadanía estaba cercada con policías y rejas, para impedir el acceso al Palacio de La Moneda desde la principal avenida capitalina, la Alameda Libertador Bernardo O´Higgins.

Docenas de metros al oriente, frente al Paseo Ahumada, carros lanza aguas dispersaban a los manifestantes. Hacia el poniente, frente al Liceo de Aplicación, donde se reunían dirigentes de varios colegios públicos, el aire era casi irrespirable debido a las bombas lacrimógenas.

Padres e hijos

"¿Por qué agreden a estos niños, que son menores de edad?", se preguntaba, frente al Liceo de Aplicación, Adriana Arzola, profesora y madre de una dirigente estudiantil, Camila Vergara, del colegio municipal "Rosa Alessandri".

"Lo único que nos queda es apoyarla; mi marido y yo somos profesores", declaró a la BBC.

Rodrigo Figueroa, de 17 años de edad y estudiante de tercer año de enseñanza media del Liceo de Aplicación, manifestó: "Lo único que hace el gobierno es tirar bombas (lacrimógenas)".

Andrés, también de 17 años, cursa tercer año de enseñanza media en el Colegio Alicante, de la comuna de Maipú, al poniente de Santiago, y dijo que "queremos que el pase (escolar) y la PSU (Prueba de Selección Universitaria) sean gratis, que la educación sea igualitaria".

Nuevo escenario

Durante estos días, los dirigentes estudiantiles se han cuidado de no aparecer identificados con determinados grupos o partidos políticos.

El analista político y doctor en Sociología, Paulo Hidalgo, destacó que este movimiento estudiantil tiene como protagonistas a una nueva generación, compuesta en su mayoría por jóvenes nacidos y criados en democracia.

"Vamos a tener el surgimiento de demandas que no van a referirse a un eje sociopolítico sino que van a ser movimientos sociales transversales", opinó.

Para Hidalgo, las modificaciones a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) forman parte de una "agenda larga" que finalmente tendrá que ser discutida en el parlamento.

"La LOCE tiene como principio filosófico fundamental la primacía de la libertad de enseñanza por sobre el derecho a la educación", dijo.

Y añadió: "Es el principio ordenador fundamental que dejó la dictadura en esta materia y que ha permitido que salgan, como callampas (que proliferen), institutos de formación técnica, universidades privadas, sostenedores (empresarios subvencionados por el Estado)".

Según Hidalgo, este marco legal "lleva a consagrar el tema de la desigualdad en la educación. Aquellos que estudian en colegios pagados, tienen una buena educación. Aquellos que estudian en colegios públicos, que son particulares subvencionados o municipales, tienen una educación de segunda clase".