Vasijas de 5.700 años en Tenerife
- ️Tue Aug 10 2010
La exhibición de trece piezas egipcias permite al público tinerfeño conocer de primera mano un material único
10/08/2010
Actualizado a las 09:04h.
El Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife se prepara para exhibir la colección de trece vasijas egipcias que incluye la pieza más antigua de esta civilización en un centro español (3.700 aC), y un ungüentario de piedra que aún conserva restos de resina utilizada en el ritual funerario del rey Ka. Sería interesante analizar la sustancia del vaso de piedra —un vestigio del ceremonial funerario— para determinar si se trata de algún tipo de resina, aceite de palma o incluso un perfume, afirma la investigadora Candelaria Martín del Río, quien junto a Eduardo Almenara ha estudiado las vasijas durante más de veinte años.
El recipiente de piedra procede del ajuar funerario del rey Ka, tercer rey predinástico —alrededor de 3.100 aC— en Ábidos y predecesor de Narmer, quien por tradición se considera el primer monarca de Egipto. Estas piezas no habían podido ser admiradas por el público desde 2000, cuando se exhibieron con motivo del centenario de la fundación del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, en cuyos fondos estaban depositadas tras llegar a la isla en 1908, procedentes de un intercambio con el Museo de Liverpool.
A finales de junio pasado el Ayuntamiento capitalino firmó un convenio con el Cabildo, del que depende el Museo de la Naturaleza y el Hombre, para exhibir las piezas en este centro. El presidente del Organismo Autónomo de Museos y Centros (OAMC) del Cabildo, Francisco García-Talavera, informó de que las vasijas se instalarán en una sala de cerámica bereber, próxima a la de arte africano, y que está siendo acondicionada para este fin. García-Talavera confía en que antes de fin de año finalicen los trabajos de acondicionamiento de la sala, situada en un museo que alberga la mejor colección de restos aborígenes guanches, entre ellos, las momias.
Las vasijas «son unas piezas excepcionales, de una antigüedad que raya los 6.000 años y algunas son únicas, de origen predinástico (antes de los faraones). Ha sido un
logro muy importante puesto que las piezas similares en el Museo de Liverpool desaparecieron tras un bombardeo alemán en la II Guerra Mundial», precisa. Los investigadores Eduardo Almenara y Candelaria Martín del Río, que han estudiado los vasos desde hace más de 20 años y han documentado el intercambio entre Liverpool y el Museo Municipal de Bellas Artes, explicaron que todas las piezas son básicamente «utilitarias», pero éstas se confeccionaron «ex profeso» para llevarlas a la tumba. Sólo hay una que tiene «huellas» de haber sido utilizada, un plato que quizás en su momento sirvió para un ritual en el enterramiento, afirma Almenara. Esta pieza procede de la necrópolis de Esna —en la orilla occidental del Nilo— y está datada en torno al 1650-1567 aC. Esta cerámica, como el resto, proceden de las excavaciones realizadas en 1905 por John Garstang, discípulo del padre de la Egiptología moderna, W.M.F. Petrie.
Cerámica de borde negro
Pero los investigadores destacan especialmente la cerámica de borde negro procedente de Dióspolis Parva, donde Petrie excavó en 1898-1899 diecisiete cementerios de los que seis databan del período pre-dinástico. De la cerámica allí encontrada, el egiptólogo calificó a una de ellas como «curiosa» por el color de las vasijas. Esta cerámica pertenece al período Naqada y podría estar fechada en torno al 3.700 aC, la pieza más antigua en una colección española. Candelaria Martín del Río destaca que este objeto se confeccionó con un sistema de doble cocción, pues primero se cocina con arcilla del Nilo y después se vuelve a poner boca abajo en un hueco en el suelo sobre brasas, y por ello queda con el borde negro. Martín del Río cree que se trata de cerámicas asociadas de alguna forma con la élite, pues muestran un proceso de cocción complicado.
Otra de las piezas es claramente un molde de pan, un tipo de cerámica en cuyo interior se colocaba la masa de la harina para cocer y luego se desmoldaba. La única de
las cerámicas que muestra ornamentación es una vasija con líneas pintadas a modo de red —de entre el 3200 y 3050 aC— que fue encontratada en la necrópolis de Hieracómpolis, conocida como el cementerio del Fuerte. Esta cerámica es interesante, detalla Martín del Río, porque su diseño no proviene de Egipto sino de Palestina, cuando en origen tenía unas asas muy voluminosas que permitían encajar la vasija en una cesta para su traslado.
Todas las cerámicas son rojizas excepto una de apariencia verdosa, de arcilla margosa, un tipo de barro hecho de material calcáreo y que está datada entre el 1567 y el 1417 aC, en la dinastía XVIII. Las cerámicas proceden de Esna, Dióspolis Parva, Hieracómpolis y Abydos. Estas dos últimas localidades fueron dos de los tres primeros reinos en Egipto, en la época Predinástica anterior a los faraones. A su vez Hieracómpolis tuvo una importancia religiosa de primera línea y de este emplazamiento procede el dios Horus, mientras que Abydos fue «el tercer reino en discordia» y lideró la unificación del país. Allí se enterraron la mayor parte de los reyes del periodo predinástico.