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Suplemento DS - Domingos

Nueva era nuclear
La preocupaci�n por el cambio clim�tico y el precio del petr�leo est� alentando un revival de la industria nuclear. En Uruguay las plantas est�n prohibidas por ley, pero los riesgos est�n cerca.

GABRIELA VAZ

Hacia fines de 1990, Uruguay manej� construir una central nuclear. En ese momento, se habl� de tratativas con Canad�, de un pr�stamo del Organismo Internacional de Energ�a At�mica (OIEA) e incluso se dijo que la terminal se establecer�a en Paso de los Toros. Pero todo qued� en palabras y nunca se lleg� a progresar en esta posibilidad. "Sinceramente, no s� por qu� no se avanz�", dice la abogada Diva Puig, consultora del Organismo Internacional de Energ�a At�mica de Naciones Unidas para aspectos legales en Am�rica Latina y el Caribe.

Ahora, la ley de marco energ�tico prohibe la instalaci�n de una central nuclear en el pa�s. Aunque, recuerda Puig, "una ley puede ser reformada por otra ley" y nada es definitivo. Claro que construir una terminal de este tipo demandar�a una inversi�n multimillonaria, a lo que debe sumarse el hecho de que su vida �til no sobrepasar�a los 30 a�os. Para Puig, sin embargo, realidades tales como la crisis energ�tica que vive Uruguay y consideraciones como el cuidado del medio ambiente �adem�s de otros usos ben�ficos� podr�an justificar una planta en territorio nacional

CERCA DE ATUCHA. En el debate que se produjo en los 90 uno de los principales miedos fue el de un eventual accidente nuclear. Para Puig, la discusi�n qued� en la superficie, ya que hoy en d�a, con una de las centrales argentinas a escasos kil�metros de Colonia, Uruguay no est� libre de un posible accidente de este tipo."Un problema nuclear no conoce fronteras; la prueba est� en Chernobyl. Hoy tenemos las centrales argentinas Atucha 1 �y ahora se construye Atucha 2� a 73 km. de Nueva Palmira y 86 km de Carmelo. Cuando pas� Chernobyl, nadie imagin� que los vientos iban a soplar para el lado que soplaron y adem�s hab�a lluvia, lo que llev� las consecuencias de la explosi�n a lugares impensados. El radio m�s peligroso son 3 km, pero nunca se sabe. No estamos libres. Atucha 2 se est� construyendo con mucha mayor potencia que Atucha 1". Para la abogada, entonces, la realidad es que Uruguay no cuenta con los beneficios que desde su punto de vista podr�a acercarle una central nuclear pero s� con los riesgos que se asocian a este tipo de energ�a. "La �nica ventaja es que no tenemos sus desechos radiactivos. Pero libres de accidentes no estamos", agreg�. "Ellos hablan mucho de las plantas de celulosa mientras tienen Atucha 1 y est�n construyendo Atucha 2. El peligro est� ah� y el riesgo es el mismo".

Pero lo cierto es que el gran problema relacionado con una central nuclear est� sobre todo en la gesti�n y el almacenamiento de los desechos radiactivos, ya que para su desintegraci�n pueden pasar desde segundos hasta cientos de miles de a�os, dejando un pesado legado para generaciones futuras. Por ello, su trato se realiza mediante estrictas normas de seguridad.

La radioactividad es una propiedad de algunas sustancias que emiten ondas electromagn�ticas en forma de rayos luminosos constituidos por part�culas at�micas que viajan a la velocidad de la luz. Est� en el mundo desde que este existe, porque hay radiaciones naturales: los alimentos y hasta el propio cuerpo humano son radiactivos. Pero el peligro est� en las radiaciones ionizantes, que son las que puede provocar la energ�a nuclear. Esta es capaz de mutar las c�lulas del cuerpo, generando c�ncer. Un reciente estudio realizado en personal que trabaja en centrales nucleares determin� que tienen entre 1% y 2% m�s posibilidades de contraer esta enfermedad que el resto de la poblaci�n.

ACCIDENTES. Si bien las radiaciones artificiales son m�s controlables que las naturales, los accidentes nucleares tienen un largo historial. En 1979 se produjo el primero, en Estados Unidos. Aunque no provoc� muertes �pero s� un gran p�nico, con varias demandas� termin� derivando en la prohibici�n de construir m�s centrales. A pesar de ello, es el pa�s que tiene m�s terminales, sobrepasando el centenar.

Dos de los episodios m�s famosos se produjeron en Chernobyl, Ucrania, en 1986 y Goiania, Brasil, un a�o despu�s. A diferencia del primero, que fue un accidente nuclear, el de Goiania fue radiol�gico, con una fuente que se usaba para realizar radioterapia. Esta hab�a quedado abandonada en un lugar parcialmente demolido, sin que nadie diera aviso de ello y unos recolectores de chatarra, fascinados por el color azul que desprend�a la piedra, se lo llevaron para su casa y lo desmontaron. La c�psula se rompi�, contaminando todo el ambiente. Murieron cuatro personas y 28 fueron irradiados gravemente. Adem�s, la ciudad sufri� consecuencias de discriminaci�n social; luego del accidente, nadie quer�a comprar sus productos.

De todas formas, Puig recuerda que la nuclear es la industria que m�s gasta en seguridad en el mundo. "Tienen hasta cuatro niveles de protecci�n, por eso es muy dif�cil que fallen. En Chernobyl hab�an sacado los sistemas de seguridad de reserva, estaban haciendo pruebas. No es imposible que algo pase, pero es muy improbable. Claro, el accidente de Chernobyl liber� a la atm�sfera 400 veces m�s material radiactivo que la bomba de Hiroshima y contamin� 200.000 kil�metros cuadrados en toda Europa. Hay 5 millones de personas que actualmente est�n conviviendo con sus efectos en la salud, pero tambi�n sociales y econ�micos".

BONDADES. Para analizar el uso de energ�a nuclear hay que basarse en el principio de justificaci�n, en el que se realiza un an�lisis costo-beneficio, explica Puig.

Hoy en d�a, 60 a�os despu�s de las bombas en Jap�n y a casi 20 de los accidentes nucleares m�s grandes de la historia, el mundo mira la energ�a nuclear con otros ojos. "En medicina, el uso de tecnolog�a nuclear ha salvado m�s vidas que las que se perdieron en Hiroshima y Nagasaki", asegura la abogada del OIEA.

Tambi�n ha mejorado la calidad de vida de muchos pacientes. El 75% de los casos que llegan a un hospital en un pa�s subdesarrollado ser�an mortales si no fuera por el uso de tecnolog�a nuclear. A su vez, dos de cada tres personas que entran a un centro de salud en pa�ses desarrollados son sometidos a alg�n tratamiento con este tipo de tecnolog�a.

A la medicina se suman una infinidad de aplicaciones m�s, incluyendo la industria, el control de calidad y hasta la agricultura. Las promesas de un tipo de energ�a que supo tener su historia negra, llegan incluso al agua potable. "Hoy hay mil millones de personas que no tienen acceso al agua dulce. Mediante tecnolog�a nuclear se puede desalar el agua de los oc�anos y tornarla potable. Tambi�n sirve para el estudio de aguas subterr�neas".