Babe Didrikson: una leyenda Olímpica con el toque de Midas
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- ️Sun Mar 21 2021
Con motivo del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), Tokio 2020 se servirá del mes de marzo para poner el foco en mujeres deportistas -del presente y del pasado- que han cambiado el deporte y la sociedad en general. Hoy, la historia de Mildred 'Babe' Didrikson, una atleta legendaria con un récord que nunca se ha repetido
(1932 Getty Images)
Los antecedentes
Algunas personas son buenas en todo. Y la estadounidense Mildred 'Babe' Didrikson fue una de esas personas.
Apodada en honor a la legendaria jugadora de béisbol Babe Ruth (aparentemente como resultado de su propensión a batear jonrones durante su adolescencia), Didrikson era hábil en todos los deportes que probó, desde el tenis hasta el béisbol, el boxeo, el voleibol, los bolos, la natación y más.
Cuando una vez le preguntaron si había algo que no se le diera bien, su respuesta fue: "Sí, las muñecas". Pero todo lo demás se le daba bien de forma natural, incluido el atletismo.
En el período previo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, Didrikson participó en los Campeonatos de la AAU, que también sirvieron como clasificatorio Olímpico. Participando de forma indiviudal, se enfrentó a equipos de hasta 20 atletas. Después de ganar cinco pruebas y empatar en el primer lugar en una sexta, ganó toda la competición por equipos sin ayuda de nadie.
Así que decir que ella era una de las favoritas para los Juegos Olímpicos sería quedarse corto.
Pero en el momento de los Juegos de Los Ángeles, los atletas solo podían competir en tres pruebas. Didrikson eligió los 80 m vallas, la jabalina y el salto de altura: una carrera, un lanzamiento y un salto.
Lo que sucedió a continuación nunca se ha repetido.
Las finales
Didrikson advirtió por primera vez al mundo que estaba a punto de hacer algo especial durante la primera serie de los 80 m vallas, donde igualó el mejor tiempo del mundo (11,8 segundos).
A partir de ese momento, los récords empezaron a caer.
Durante la prueba de jabalina, Didrikson hizo un lanzamiento de 43,69 m obteniendo un nuevo récord Olímpico y su primera medalla de oro en los Juegos. Siguió con una gran carrera en la final de 80 m vallas, donde no solo ganó el oro sino que también rompió el récord mundial que había establecido en la serie con un tiempo de 11,7 s.
Finalmente, Didrikson participó en la competición de salto de altura. Con otra actuación memorable, saltó 1,657 m para igualar el récord mundial. Siguió la controversia. Cuando el listón se elevó a 1,658 m, el salto final de Didrikson fue descalificado porque se consideró que había utilizado una técnica incorrecta. Eso hizo que se hiciera con una medalla de plata en lugar de una de oro: su toque de Midas la eludió por un instante.
Aún así, casi 90 años después, sigue siendo la única atleta que ha obtenido una medalla en una carrera, un lanzamiento y un salto en unos Juegos Olímpicos.
Como dijo al New York Times un año después de los Juegos, nadie "me rivaliza mucho como atleta".
(2005 Getty Images)
El resultado
Si ganar tres medallas Olímpicas representaría el punto culminante de la carrera de cualquier otro atleta, el viaje de Didrikson hacia la cima recién estaba comenzando. La estrella de los Juegos de Los Ángeles estaba a punto de retomar otro deporte en el que todavía se la considera una de las mejores que jamás haya jugado: el golf.
Comenzando a jugar al golf por primera vez en 1935, "Babe" se lanzó a entrenar como si su vida dependiera de ello. Como informó el New York Times en su obituario en 1956, Didrikson "endureció su juego practicando hasta con 1,000 pelotas al día y jugando hasta que sus manos estaban tan doloridas que tenía que ponerse vendas".
Y, como de costumbre, el trabajo duro valió la pena.
Como aficionada, Didrikson ganó 14 torneos seguidos, antes de participar en la fundación de la Ladies Professional Gold Association. Después de convertirse en profesional, ganó 31 torneos y 10 majors, incluidas las ediciones de 1948, 1950 y 1954 del US Open.
En resumen, era un fenómeno tanto en el campo de golf como lo había sido en el campo de atletismo.
Siguieron reconocimientos, incluido un premio a la atleta más grande del mundo de la primera mitad del siglo XX.
¿Y quién se lo podría discutir? Didrikson no solo es una leyenda Olímpica, sino también una de las mayores leyendas deportivas que el mundo haya visto.