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AXOLOTL Revista de Literatura y Arte

  • ️Miguel Sardegna

"Utiliza bien las horas,

porque habr� menos de las que t� piensas"

Sent. n �  007/05

Clive Barker naci� en Liverpool, en 1952, y salt� a la fama con la publicaci�n de sus Books of Blood, una colecci�n de cuentos de terror que renov� el g�nero fant�stico. "He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker", escribi� Stephen King por aquel entonces. Luego vendr�an los �xitos cinematogr�ficos de Hellraiser y Candyman, con todas sus secuelas. Y m�s libros. Y m�s historias. Clive Barker conmocionaba: se permit�a llegar hasta donde nadie se hab�a animado. 

Los Books of Blood son seis vol�menes de cuentos cortos. Los tres primeros libros de la serie fueron editados en 1984, y traducidos en Espa�a como Libros sangrientos 1, 2 y 3. Los tres siguientes aparecieron en 1986, y fueron traducidos en dos vol�menes, simplemente como Sangre 1 y 2. Los traductores no acertaron en ninguna ocasi�n con el t�tulo que hab�a elegido Clive: Libros de sangre.

El primer cuento justifica el t�tulo de toda la serie, operando como una introducci�n y un marco para todas las historias. Simon McNeill simula comunicarse con esp�ritus en una casa abandonada� hasta que un d�a esos esp�ritus, que s�lo eran una farsa, deciden presentarse y castigar las mentiras de Simon de un modo poco convencional: �qu� mejor modo que escribir sobre su cuerpo esas historias del m�s all� que se supon�a no exist�an? Esas historias escritas con sangre son las que nosotros leemos, del propio cuerpo de Simon McNeill.

Desfilan por su cuerpo, un aut�ntico libro de sangre, un asesino serial con un gran sentido de la limpieza y que s�lo mata por cuenta ajena; un demonio confinado a una casa hasta tanto convierta a su morador en un lun�tico; una cerda hermosa y la fascinaci�n que ejerce en el Centro de Rehabilitaci�n para Delincuentes Juveniles; dos ciudades perdidas en las colinas y un rito de gigantes.

Primera edici�n en castellano, a�o 1993.

Pero ninguna de estas historias, tan terriblemente inc�modas y perturbadoras, consigue aterrar tanto como aquello que uno apenas imagina en El ladr�n de d�as, una siniestra f�bula infantil publicada en 1992 que el propio Barker se ocup� de ilustrar.

Harvey Swick tiene diez a�os y siente que no sobrevivir� a Febrero. ��Qu� es lo que quiero?� se pregunta un d�a en el espejo, tras intentar contar con los dedos cu�nto resta para la llegada del verano.

        

Graphic Novel publica-da a partir de enero de 2005 en tres apa- riciones bimestrales de 48 p�gs. color.

Pero Harvey no es bueno con las matem�ticas, y se atormenta a�n m�s. Est� cansado del profesor de historia y del de ciencias, y nada lo aburre tanto como pensar en hacer algo ��til�, como le ped�a su mam�. Sin hermanas ni hermanos, Harvey habla mucho consigo mismo. ��Qu� es lo que quiero? S�lo s� que quiero morir si no me divierto un poco�, se dice.

Y aparece Rictus, ofreci�ndole la casa de vacaciones del Se�or Hood.

Clive Barker se aleja de los demonios y apariciones deformes, que siempre retrata con minuciosidad salvaje, y por primera vez nos invita a deslizarnos por la interminable madriguera del conejo blanco, en la tradici�n de los cuentos infantiles. Asistimos al peor terror: no un mundo de monstruos sino un mundo sin tiempo. Harvey recibe un consejo sabio: �Utiliza bien las horas, porque habr� menos de las que t� piensas�. El tiempo vuela en la casa del Se�or Hood y al principio parece un sue�o: todas las ma�anas son verano, ideales para tomar limonada a la sombra de un �rbol; todas las noches son halloween, perfectas para disfrazarse y asustar con largos colmillos. Pero el sue�o de alegr�a es s�lo un espejismo, y por detr�s de los d�as siempre soleados y las noches de maravillas hay un ladr�n de d�as. �Existe algo peor acaso que sentir que nos han robado tiempo? Harvey Swick comprende que...

�...por cada d�a que pasaba all�, transcurr�a un a�o en el mundo real. Cada ma�ana mientras jugaba dentro de aquel clima primaveral, pasaban meses. Por la tarde, mientras holgazaneaba bajo el sol del verano, lo mismo. Y aquellos atardeceres, que parec�an tan breves, eran otros tantos meses, al igual que las noches, llenas de nieve y regalos�

Harvey descubre, por fin, que mientras �l s�lo hab�a envejecido un mes, sus padres hab�an vivido treinta y un a�os de tortura, pensando que se hab�a marchado para siempre.

Y emprende entonces el desaf�o de recuperar esos a�os.

Aqu�, ahora, de este lado de la ficci�n, un Hombre se mira en el espejo momentos antes de afeitarse. Descubre que algunos cabellos que ayer eran bien negros se han vuelto blancos qui�n sabe por efecto de qu� extra�a magia. Sabe que debe darse prisa si quiere llegar a tiempo a la oficina. Ya ha perdido minutos preciados. Espuma de afeitar, una navaja desafilada y sale. Repasa mentalmente sus obligaciones del d�a: no son diferentes a las de ayer� ni a las de ma�ana.  Tiene miedo.

  miguelsardegna@revistaaxolotl.com.ar