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Jabad Lubavitch Argentina

ILUMINEMOS EL MUNDO

A partir de este viernes, y así todas las semanas, miles de mujeres judías, desde Ushuaia hasta La Quiaca, renovarán la tradición de iluminar el hogar judío encendiendo las velas de Shabat antes de la puesta del sol.

Encender las velas del Shabat es uno de los preceptos más significativos entregados a las mujeres y niñas judías.

El Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendl Schneerson, nos enseña que “una sola vela ilumina lo que está oculto por la oscuridad. Cuando enciende las velas de Shabat una mujer revela la energía Divina presente en su alma, hogar, y en toda la Creación”.

El momento que estamos viviendo, requiere de una bendición Divina especial. En Israel, la situación de nuestros hermanos es muy grave –Di-s proteja a todos-. En Argentina, la situación económica, social, etc., también requiere de una intensa ayuda del cielo.

Sin lugar a dudas, tal como lo prescriben nuestros Sabios, el aumentar el cumplimiento de las mitzvot, y en especial el encendido de las velas de Shabat, aportará para invocar la luz y bendición Divina que necesitamos.

Por ello, Jabad Lubavitch Argentina, ha lanzado una campaña para aumentar un mínimo de 10.000 velas de Shabat adicionales por parte de niñas y mujeres que no lo hacen regularmente.

Esta campaña se lleva a cabo en honor al Rebe de Lubavitch coincidiendo con la celebración del centenario de su nacimiento.

La misma se hará desde el 17 de junio al 7 de julio (26 de Sivan al 15 de Tamuz), pero, por supuesto, también tendrá vigencia más allá de estas fechas.

¡Súmese a esta campaña! ¡Encienda usted las velas de Shabat! ¡Promueva a que otras mujeres y niñas lo hagan!

Todos juntos lograremos iluminar el mundo, a Israel y a la Argentina, con bendición, paz y prosperidad hasta la llegada del Mashiaj.

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SOLICITE SU KIT EN EL BEIT JABAD MAS CERCANO A SU DOMICILIO: en él encontrará los horarios de encendido de las velas.

También hallará una receta para hacer “jalot” para Shabat, como así también el texto del Kidush de Shabat.

DEJEMOS ENTRAR LA LUZ DEL SHABAT

CONCEDETE UN MOMENTO PARA TI Y TU ALMA

La vida, hoy, es una constante y agobiante carrera.

Tú estudias o trabajas duro toda la semana, diriges un hogar, crias a tus hijos, etc.

Los días se acumulan, se convierten en meses y así los años van pasando.

Debemos saber  detenernos un instante y tomarnos un respiro  para pensar también en nuestras almas.

Una vez a la semana tienes esta oportunidad, el momento del encendido de las velas de Shabat.

Este es un precepto de la mujer judía. Es la unión de tu familia con la tradición judía. Tu unión con las maravillosas mujeres judías de todas las épocas, las cuales todos los viernes encendían las velas, tapaban sus ojos, realizaban sus plegarias y se tomaban ese respiro para su alma.

Deja entrar tu también esta maravillosa, milenaria y sagrada luz a tu hogar y a tu familia. Enciende las velas de Shabat.

Tal como se encienden las velas en honor al Shabat, de la misma manera se lo hace en honor a las Festividades. Cada Festividad tiene su propia Bendición. En el dorso podrás verificar que bendición corresponde a cada Festividad.

ALGUNAS LEYES

Aún una niña, a partir de los tres años en adelante, debe encender sus velas de Shabat y Iom Tov.

Las mujeres casadas encienden dos velas, las solteras sólo una.

Primero enciende la niña, y luego su madre.

Es costumbre poner unas monedas para caridad (tzedaká) antes del encendido.

Es conveniente que las velas de Shabat y Iom Tov estén sobre la mesa en la que se llevará a cabo la cena.

Es muy importante tener cuidado con el horario de encendido de las velas. No deben encenderse las velas del Shabat, si pasaron 15 minutos del horario indicado en este folleto, ya que de esta forma se profana el Shabat. Por ello es preferible no encenderlas si pasó el horario y se deberá tener mucho cuidado para que esto no vuelva a ocurrir.

Primero se encienden las velas, luego se tapan los ojos con las palmas de las manos y se recita la Bendición correspondiente.

UNA MITZVA POR SI SOLA

El valor de esta Mitzvá (Precepto) tiene total vigencia, aún cuando tú no observes todavía los demás Preceptos del Shabat, y este hecho no debe ser un impedimento para que tú enciendas las velas del Shabat y Iom Tov.

Por el contrario, tal vez por medio de esta hermosa Mitzvá podrás sentir el sabor especial del Shabat que te facilitará su observancia.

Todos los Viernes, 18 minutos antes de la puesta del sol, enciende las Velas de Shabat, poné tus manos alrededor de las llamas y hace tres movimientos en forma circular, luego cúbrete los ojos y recita la siguiente bendición:

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám

ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu

lehadlik ner shel Shabat Kodesh.

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor,

Rey del Universo, Quien nos santificó

con Sus preceptos y nos ordenó encender

las velas del sagrado Shabat.

ATENCION:

La segunda noche de las Festividades hay que tener cuidado de no encender las velas de Iom Tov directamente de un fósforo, sino que debe hacerse de un fuego ya encendido y preexistente desde antes del comienzo de la Festividad, esto puede ser una llama piloto, una hornalla o una vela de larga duración.

También se debe tener cuidado cuando Shabat acontece a continuación de una Festividad, de no encender las velas del Shabat después del horario indicado ya que se profanaría el Shabat al encender fuego después de que éste comenzó.

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MENSAJE DEL REBE DE LUBAVITCH (Z'L) A LAS MUJERES E HIJAS DE ISRAEL

Uno de los Preceptos (Mitzvot) más lindos del Pueblo Judío es el Precepto del encendido de las velas de Shabat y Iom Tov. Si sobre cada Mitzvá fue dicho que éstas iluminan la vida de la persona, cuánto más aún esta bella Mitzvá cuyo principal objetivo es encender una luz visible a todas las personas.

Las velas de Shabat y Iom Tov no son  simplemente luces, sino que son luminarias de Mitzvá.

Ellas iluminan con una luz espiritual todo su alrededor, tal vez no veamos esta luz con nuestros ojos materiales; sin embargo, nuestras almas perciben esa luz. Esta es la luz del Shabat, la luz de la santidad, la luz eterna del Judaísmo.

En estos días en los cuales todos buscamos un poco de "Luz" que disipe la "Oscuridad Espiritual", que alegre nuestros corazones y que ilumine y encienda nuestras almas, en vuestras manos está, mujeres judías, la responsabilidad de encender estas "Pequeñas Grandes" llamas de Shabat y Iom Tov.

Enciende estas luminarias y enseña también a tus hijas a hacerlo. Sé una fiel continuadora de la milenaria tradición de las Mujeres e Hijas de Israel, cuyas velas iluminan y llenan de calor el hogar judío de Shabat en Shabat.

Cuéntales a tus amistades y familiares sobre este hermoso Precepto, y de esta forma seremos merecedores de que se cumpla la promesa Divina de: "Si cuidáis las velas del Shabat, Yo Les mostraré a ustedes las Velas de Tzión (de la Redención)", con la llegada del Mashíaj, muy pronto en nuestros días.

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La Novia Shabat

La Torá nos dice, que Di-s creó los cielos y la tierra en seis días, y al finalizar el sexto día toda su obra fue concluida. Di-s descansó de su actividad creadora, y bendijo al séptimo día y lo santificó. En consecuencia, desde el principio mismo de la creación, Di-s ha distinguido el día de Shabat de los demás días de la semana, como un día sagrado. El Zohar habla del pueblo judío y del Shabat en términos de un novio y su novia. A ello se debe que se reciba al Shabat (en los rezos) con las palabras, Bói Kalá, bói kalá "1Bienvenida novia; bienvenida novia!" Nuestros Sabios nos dicen que el Shabat es específicamente judío, es decir, que el pueblo judío y el Shabat son inseparables; desde el mismo momento "nacimiento" fueron destinados el uno para el otro. Sencillamente, sin el Shabat no se puede pensar en pueblo judío, así como tampoco puede pensarse en pueblo judío sin Torá. De hecho, el Shabat une a todos los judíos en todas las partes del mundo. El Shabat es esencial en el judaísmo y el estilo de vida judío. Se reserva un día completo de la semana, durante el cual el judío no sólo deja de trabajar , cierra los negocios, fábricas y talleres, y cesa todo trabajo también en la casa y se transforma en una persona distinta, dedicando el día Shabat a liberarse de las ataduras del mundo exterior, y elevarse a través de la oración, el estudio y la alegría y paz total junto a la familia. Este día está dedicado a Di-s, a uno mismo, a la familia. Esta se reúne alrededor de la mesa Sabática para compartir las comidas, canciones y contarse mutuamente las vivencias de la semana, participando de esta manera todos de los estudios de los niños, y de todas "esas pequeñas" acciones que componen la vida familiar. Para comprender el verdadero significado del Shabat y la fuerte "atracción" que éste ejerce sobre un judío, debe vivenciarse. Al Shabat lo honramos con una comida festiva, la que introducimos con cánticos y el Kidush. Volver

Shabat HaMalká (Extraído de Judaísmo Práctico de Rabi Israel Meir Lau, Gran Rabino de Israel, próximamente en español).

La reina del sábado o "la novia que une su destino a su novio". Según este simbolismo viene el novio, que es el pueblo de Israel, con el pacto de matrimonio con la novia, que es el Shabat.
Preparativos para Shabat "El sexto día, cuando preparen lo que van a llevar" (Éxodo16:5). Fuimos ordenados a aprontamos para Shabat y preparar todo aquello que necesitemos antes de su comienzo. Es de aquí que surge la expresión popular: "Quien se ha esforzado en vísperas del Shabat, comerá en Shabat; y aquel que no lo ha hecho, ¿Qué comerá en Shabat?" Debemos recordar que erev Shabat es el sexto día, con la llegada de la noche deja de ser vísperas de Shabat y pasa a ser noche del Shabat propiamente dicha. En la mayoría absoluta de las naciones y las culturas, el día cambia a la medianoche, pero para el judaísmo el nuevo día nace con la llegada de la noche: "y hubo tarde y hubo mañana, Un día" (Génesis 1:5). El comienzo del día se produce al inicio del anochecer y comprende la noche y toda la jornada hasta el nuevo ocaso del sol. Se pueden encontrar simbolismos: el destino del pueblo judío es como el destino de su día. Su inicio cuando cae el sol, que provoca sondeos en la oscuridad, el sufrimiento de la diáspora (que se asemejan a la noche); y solamente después amanece, irrumpe la claridad y el sol ilumina su rostro. Es decir: Diáspora y luego Redención, a diferencia del destino de quienes el sol alumbró y tuvieron la luz y florecieron y prosperaron y de repente fueron cubiertos por la penumbra y la oscuridad de la noche y desaparecieron de la faz de la tierra. Volvamos a nuestro tema. Los preparativos de Shabat se realizan en la víspera y nada es permitido hacer a partir del comienzo del Shabat. El texto de Éxodo 16:5 antes citado, se basa en el episodio del maná que nuestros antepasados comieron en el desierto. Cada mañana salían a recolectar la medida de un omer alrededor de 2.2 dm3, como de dos kilos – por individuo. Para no tener que buscar comida para Shabat, el sexto día caía lejem mishné - pan doble – dos omarim y de esta manera recibían en la víspera también la porción que irían a consumir en Shabat. De aquí aprendemos la importancia de hacer los preparativos para Shabat. Nuestros sabios establecieron que aún aquellos que tienen sirvientes y ayudantes y no deben ocuparse de las tareas de la casa en toda la semana - deben esforzarse y ocuparse, aunque sea simbólicamente para preparar Shabat. El Talmud nos enseña en Shabat l l9a, que varios amoraítas fijaron costumbres en la preparación para el Shabat: Raba y Rav Iosef, por ejemplo, preparaban la leña para cocinar y hornear; Rav Zeira encendía el fuego; Raba salaba los pescados, mientras su amigo Rav Safra se especializaba en freír las cabezas de pescados u ovejas, que eran llevadas como manjar y agasajo al paladar en la mesa del Shabat. El Shabat era un invitado respetable y ellos lo llamaban afectivamente: Shabat Hamalcá – la reina del sábado o "la novia que ata su destino a su novio". Según este simbolismo viene el novio, que es el pueblo de Israel, con el pacto de matrimonio con la novia, que es el Shabat. Para honrar el sábado la halajá nos obliga a prepararnos: bañarnos, peinarnos, cortarnos las uñas, vestirnos con prendas agradables y especiales. La casa deberá brillar, la mesa puesta con el mantel y los utensilios más bonitos y cada familia, según sus posibilidades, deberá honrar la mesa con comidas adecuadas y especiales más que los otros días de la semana: "Y llamarás al Shabat placer" (Isaías 58:13), es el mandato para el que tenemos que laborar. Las preparaciones, no son sólo físicas y exteriores. También se incluyen enseñanzas específicas: shnaim mikrá veejad targum – leer dos veces la porción semanal y una vez su traducción -. I.os cinco libros de la Torá fueron repartidos en cincuenta y cuatro porciones y cada semana leemos y estudiamos una de ellas. Debemos preparar mediante el estudio y la reflexión el fragmento semanal mediante shnaim mikrá veejad targum: leer cada versículo dos veces (shnaim mikrá) y luego la traducción de Onkelus al arameo, que está junto al texto original de los libros de la Torá (veejad targum). La traducción de Onkelus posibilitó entender los textos a las personas que hablaban arameo, ya que el comentario literal ayuda a entender el original. Dado que el arameo no es lengua común en nuestros días, se puede cumplir con la obligación de ejad targum con el estudio del comentario de Rashí de cada versículo de la porción semanal. Se debe estudiar la fracción semanal antes de la entrada de Shabat. Si por algún motivo ello no fuera posible se puede completar durante Shabat y en último caso, hasta el tercer día de la semana posterior. Los primeros tres días de la semana "pertenecen" al Shabat que pasó (también durante ellos se puede pronunciar la havdalá, si se ha olvidado o no se hubiera podido decir en su tiempo) y desde el cuarto día en adelante "pertenecen" los días al Shabat venidero

Shalom Aleijem

Esta tan popular melodía de la noche de Shabat hace referencia a los dos Angeles, que según nos cuenta el Talmud, acompañan al judío a su hogar el viernes por la noche, luego del Kabalat Shabat. Estos vienen a observar si los preparativos de Shabat están correctos; si todo está en orden, bendeciran el hogar. El Shalom Aleijem es un himno de bienvenida a estos ángeles y a su vez una plegaria para recibir bendiciones de paz y felicidad.

La paz sea con vosotros, ángeles servidores, mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.
(Se entona tres veces)

Que vuestra venida sea en paz, ángeles de la paz, mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.
(Se entona tres veces)

Bendíceme con paz, ángeles de la paz, mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.
(Se entona tres veces)

Que vuestra partida sea en paz, ángeles de la paz. Mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea. (Se recita tres veces)

Eshet Jail

Esta hermosa canción se entona luego del Shalom Aleijem y está compuesta por los últimos 22 versículos de Proverbios, de rey Salomón (hijo del rey David). Es un poema dedicado a la mujer judía; de acuerdo a algunas autoridades, este canto de alabanza lo dedicó Abraham, nuestro Patriarca, a su esposa Sara; de acuerdo a otras, hace alusión a todas las heroínas de nuestra historia. Retrata a la mujer judía como un ser de recursos, generoso e independiente; a su vez, dedicada devotamente a su familia y a la vida judía. Este poema ensalza y venera estas cualidades y realza sus logros al hacer ella posible comienzo del Shabat en el hogar. El jefe de la familia entona esta canción junto a sus hijos en honor a su esposa.

El Kidush

El Kidush es la plegaria con la cual se recibe y santifica el Shabat. Se recita sobre una copa (entera) de vino casher totalmente llena que contenga por lo menos87 cc., tomándola con la mano derecha. Esto acentúa la importancia de la comida Sabática; no es simplemente una "comida" sino una seudá, un banquete, en honor a la Reina Shabat, una celebración del gran obsequio que nos ha dado Di-s, el sagrado Shabat.

KIDUSH para el anochecer del viernes.


El sexto día. Y fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y Di-s acabó en el Séptimo Día Su obra que había hecho, y descansó en el Séptimo Día de toda Su obra que El había hecho. Y Di-s bendijo al Séptimo Día y lo santificó, porque en él descansó de toda Su obra que Di-s creó para funcionar. (Si hace Kidush sobre el vino)
¡Atención Señores! Bendito eres tú, A-do-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que cera el fruto de la vid. (Si hace Kidush sobre el pan) Bendito eres tú, A-do-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que extrae el pan de la tierra. Bendito eres tú, A-do-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos, nos ha deseado y Su sagrado Shabat nos ha dado, con amor y buena voluntad como patrimonio, en recuerdo de la obra de la Creación; la primera de las sagradas Festividades, conmemorando el Exodo de Egipto. Pues tu nos has elegido y nos has santificado de entre toda las naciones, y con amor y buena voluntad nos has dado Tu sagrado Shabat como patrimonio. Bendito eres Tú A-do-nai. Que santifica el Shabat. En los Diez Mandamientos, la Torá indica: "Recuerda el día de Shabat para santificarlo". Esto significa que se nos ha ordenado santificar el Shabat es decir, pronunciar su santidad. Nuestros sabios instituyeron que se lo haga recitando el Kidush con vino, tanto el viernes a la noche cuando comienza el Shabat, como nuevamente durante el día (si bien el texto del Kidush varía para cada comida). Si no hay vino, se puede recitar el Kidush sobre pan (los dos panes de Shabat, léjem mishné) Luego, cada uno, hombre o mujer debe pronunciar el Kidush. Si se lo escucha de un adulto y ambos (quien recita y quien escucha) tiene en mente cumplir con el Kidush es sufuciente. Se acostumbra que el jefe de la familia recita el Kidush y todos contestan Amén y luego cada uno de los presentes bebe un poco de la copa de Kidush. Después de recitado el Kidush, se procede al lavado de manos para comer un trozo de Jalá el pan para Shabat, tradicionalmente trenzado y dar así comienzo a la comida Sabática.

Bendición del lavado ritual de manos


Se lavan las manos de la siguiente manera: Tomar la jarra con la mano derecha y llenarla de agua. Lavarse la mano derecha vertiendo agua sobre ella tres veces seguidas. Luego lavarse de la misma forma la mano izquierda, y se recita la siguiente bendición: Baruj Atá A-do-nai E-lo hei-ni melej haolam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu, al netilat iadaim. No se debe hablar hasta después de haber recitado la bendición del pan y comer un poco de Jalá, con la bendición de Hamotzí.

Las plegarias de Shabat

Considerando que en Shabat tenemos tiempo y no estamos urgidos por las ocupaciones mundanas, este es un día especial para rezar, ¿cómo lo hacemos?
El Shabat es un día especial para rezar
La oración matinal de Shabat está ordenada de la misma manera que la oración de shajarit de los días de la semana y contiene: birjot hashajar - las bendiciones matinales –, psukei dezimrá - cánticos preliminares -, kriat shemá – la lectura de Shemá y sus bendiciones – y la oración de amidá. A pesar de esto existen modificaciones en otras partes de la oración, excluyendo las "bendiciones de la mañana", que se pronuncian en el orden tradicional. Considerando que en Shabat tenemos tiempo y no estamos urgidos por las ocupaciones mundanas,nuestros sabios agregaron algunos capítulos de los Salmos a los "cánticos preliminares": el capítulo 19 "los cielos declaran la gloria de D's", algunos "Cantos de la asunción" y el capítulo 136 también llamado halel hagadól - gran alabanza –. Al concluir los "cánticos preliminares" de los días de semana y antes de finalizar esta sección con la bendición de ishtabaj - será alabado -, se agrega la plegaria conocida como nishmat col jai - todo ser vivo bendecirá tu nombre – por sus primeras palabras. Es un poema de gran vigor, que expresa el poco alcance de nuestras posibilidades de alabar al Santo, ¡Bendito Sea! por su gran benevolencia. Las expresiones, que están relatadas en este poema se han tomado de la creación que nos rodea: "Si nuestra boca estuviese llena de canciones, cuanto lleno está el mar y nuestra lengua de alabanzas cuanto las olas abundan y nuestros labios de loas cuanto ancho es el cielo y nuestros ojos relumbrasen cuanto el sol y la luna y nuestras manos fuesen expandidas cuanto las alas de las águilas y nuestros pies ligeros, cuanto los ciervos - no bastaríamos para alabarte D's nuestro y de nuestros padres". Después de nishmat por lo general comienza un nuevo jazán en lugar de quien comenzara, el hamatjil. También aquí se han entrelazado algunos otros textos en la primera bendición anterior a Kriat Shemá, es la bendición de iotzer or uvoré joshej - que formas la luz y creas la oscuridad -. Entre otras cosas se acostumbra a cantar juntos el poema de ke-l adon – D's, Señor de todo lo creado -, que es un canto de alabanza al que crea las constelaciones y está compuesto en forma de acróstico abecedario. La amidá de shajarit sigue el orden de las siete bendiciones, pero la central difiere de la de la víspera. Si en la oración de la noche es consagrada la bendición de la santificación del Shabat a la fe acerca de la creación del mundo como base de los preceptos de Shabat, en shajarit se acentúa otra idea: la entrega de la Torá en el Monte Sinaí y el motivo nacional y no el universal. En el centro de la oración está: ismaj Moshé bematnat jelkó - Alégrese Moshé con el obsequio que le tocó -. ¿Cuál es el regalo? - la Torá, entre cuyos preceptos se encuentran los de Shabat, como se recita: veshamru benei Israel et hashabat - y observaron los hijos de Israel el Shabat. Las Tablas de la Ley que estaban en las manos de Moshé son recordadas en esta oración. De igual manera como "los Diez Mandamientos", que están tallados en las Tablas de la Ley serían la "carta de presentación" del Santo, Bendito Sea: "Yo soy el Eterno, tu D's, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre". Así también D's se nos revela como quien nos sacó de Egipto y nos ha otorgado la Torá. En la repetición del oficiante de la amidá se dice la kedushá - santificación - y los cohanim suben al estrado para bendecir al pueblo (en algunas congregaciones los cohanim bendicen sólo en la oración de musaf de Shabat y en otras, el jazán lee el texto pero los cohanim no suben). Luego de la repetición del oficiante y la pronunciación del kadish con titkabel – que las oraciones y súplicas sean recibidas -, se recita el Salmo 92: "cántico al día del sábado". Después, la lectura de la Torá. La lectura de la Torá En el capítulo en el que hemos tratado shajarit comentamos sobre el orden de apertura del arca sagrada y la lectura de la Torá de los días de la semana. En estos días solamente leemos la primera parte para no retener a la comunidad más de lo debido. En Shabat realizamos la lectura completa y, además, agregamos un capítulo de los Profetas, la haftará finalización o despedida -. Luego de la apertura del Arca Sagrada y la pronunciación de vaiei binsoa - y al darse comienzo al transporte del Arca - en Shabat se agregan los siguientes versículos: atá horeta ladaat... – tu fuiste enseñado (oh Israel) que el Eterno es el verdadero D's y no hay ningún otro fuera de Él -. Luego de la apertura del Arca y después de haber sacado la Torá, el oficiante dice tres versículos y la congregación repite: Shemá Israel, H' E-lokenu, H' ejad - escucha Israel, H' es nuestro D's, H' es uno -; Ejad hu E-lokenu, gadol adonenu, kadosh shemó - uno es nuestro D's, grande es nuestro Señor, santo es su nombre -; gadlu laH' iti unromema shemó iajdav – engrandeced conmigo al Eterno y conjuntamente enaltezcamos su nombre –. Cuando el oficiante se dirige con la Torá en sus manos desde el Arca Sagrada hasta el estrado, lugar de su lectura, la congregación lo acompaña con cánticos. El gabay – gobernador o tesorero de la sinagoga - llama por lo menos a siete personas a subir a bendecir la Torá, el primero es el Cohen, el segundo - un Leví y los cinco restantes son "Israel". Todos los invitados son llamados por sus nombres propios y el de sus padres. Se debe tratar que los convocados a la lectura de la Torá, sean aquellos que conmemoran los aniversarios de la desaparición de sus seres queridos en Shabat o durante la semana entrante. Hay que tratar de dar una aliá en Shabat, al novio que va a contraer matrimonio y es una costumbre antigua de arrojarle desde la galería de las mujeres dulces y confites, como augurio de una vida abundante y placentera. También se debe llamar a la Torá, a un novio en la semana siguiente al casamiento y a todo aquel que debe recitar la bendición de gomel. Otras personas que se deben llamar a la Torá son aquellos que en Shabat están festejando un brit milá: el sandak - padrino -, el padre del bebé y el mohel -circuncisador-. También se llama al padre que festeja el nacimiento de una niña y cuando sube a la Torá realiza una plegaria especial para la parturienta y otorga el nombre a la niña. También al nacer un niño, el padre sube a la Torá en el primer Shabat y bendice a su mujer, pero no otorga el nombre ya que eso se hace en el acto del Brit milá - la circuncisión -. E1 último que debe subir a la Torá - es el jatán bar mitzvá - el joven que está cumpliendo trece años -. El padre, que está a su lado, bendice al subir el hijo a la Torá: Baruj sheptarani meonshó shelazé - Bendito eres que me liberaste de la responsabilidad de él –, queriendo expresar que hasta el día de hoy el padre, debía responder por los actos del hijo; de hoy en adelante todas las obligaciones, los méritos y responsabilidades son del joven. Es obligación, llamar a la Torá a por lo menos siete personas, además del que lee maftir que es el octavo, que también es honrado con la lectura de la haftará. En muchas comunidades se acostumbra a convocar a más personas cuando se realizan acontecimientos festivos (bar mitzvá, brit milá, etc.) y existe la necesidad de honrar a los invitados. Ello se puede hacer siempre que se respeten las condiciones de la halajá: No se deben repetir los versículos ya leídos (fuera del maftir ya que para él se leen nuevamente los últimos versículos de la porción semanal; excepto en Simjat Torá - la fiesta de la Torá -, en la cual se leen varias veces la mismas partes, para poder otorgarle a toda la congregación tomar parte personalmente en la alegría de completar la lectura de la Torá). Otras condiciones: se deben leer para cada persona que sube a la Torá por lo menos tres versículos; no se debe detener la lectura en el medio de un texto que describe desgracia o palabras de reproche; no se debe interrumpir la lectura cuando quedan o faltan uno o dos versículos hasta párrafo cerrado o abierto, señalado con la letra samej o pei en las Biblias. La halajá prohíbe el salir de la sinagoga durante la lectura de la Torá, ya que "abandonar" el recinto en ese instante sería como ofender a la Torá. También está prohibido conversar durante la lectura de la Torá, de la misma manera que en las oraciones. El salmista dijo (Salmos 55:15): asher iajdav namtik sod, bebeit E-lokim nelej beraguesh – "Porque juntos nos comunicábamos dulces secretos y en la Casa de D's nos conducíamos con reverencia y respeto", y esas palabras deben ser nuestra guía. La lectura de la Torá en Shabat fue instituida por nuestro maestro Moshé, como lo explica el Talmud de Jerusalén. Y nuestros sabios dicen en Tanjuma: "El Santo Bendito Sea le dijo al pueblo de Israel: si ustedes se reúnen cada Shabat en las sinagogas y en las casas de estudio y leen la Torá y los Profetas, Yo considero como si me hubieran coronado en mi mundo". Como ya hemos mencionado, la Torá se divide en cincuenta y cuatro lecturas semanales. Cada uno de ellos tiene un nombre, en la mayoría tomado de la primera palabra del fragmento. Tenemos la obligación de leer la Torá en su totalidad una vez por año. El día de Simjat Torá, culminación de Sucot y todas las festividades del mes de tishrei, es el día que se terminan de leer los cinco libros del Pentateuco. En ese mismo día se termina y se comienza nuevamente la lectura. El número de shabatot en el año no es fijo, ya que existe un año "simple" y en él doce meses y existe un año "bisiesto", en el que se agrega un mes de adar con sus cuatro shabatot correspondientes. Ocurre a veces que alguna festividad cae en Shabat y de esta manera se desplaza la lectura de la Torá semanal, por una lectura especial alusiva a la fecha. El número de lecturas semanales es mayor que la cantidad de shabatot del año y es por eso que en algunos shabatot se leen dos fragmentos semanales. Por lo general se juntan dos lecturas cortas, para no fatigar a la congregación (Ajarei Mot con Kedoshim, Behar con Bejukotai, Nitzavim con Vaielej, etc.). Los sabios de la mesorá fijaron una lectura con acentos y signos de entonación, cuya meta es no sólo dirigir la lectura con una melodía tradicional, sino facilitar la comprensión al hacer correcta concordancia entre la pronunciación de las palabras y su significado. Antiguamente todos sabían la lectura con acentos y signos de entonación y por eso el que subía a Torá leía la parte que le correspondía. En nuestros días no todos saben la lectura correcta y es por eso que uno de los integrantes de la congregación lee, es el baal koré. Mi Sheberaj - Aquel que bendijo Hemos visto esta expresión cuando explicamos, que un padre al cual le ha nacido un niño o niña, el Shabat siguiente al parto debe realizar mi sheberaj a la parturienta. Esta bendición se brinda a cada uno de los convocados a la Torá. Ella le da la posibilidad de bendecir a su familia, los rabinos, los dirigentes, los soldados del ejército de Israel y a todas los orantes de la sinagoga. La bendición es pronunciada por el gabay y durante ella se acostumbra ofrecer una donación, ya sea para la manutención de la sinagoga o para otro tipo de obras de caridad o beneficencia. Existe un mi sheberaj especial para un enfermo, en la cual pedimos por su pronta recuperación. Agregamos una persona más, el octavo, para leer el maftir y la haftará a los siete que han subido a leer la Torá. Para el maftir se llama indistintamente a un Cohen, a un Leví o a un Israel (también el ajarón último de los que han subido antes del maftir puede ser Cohen, Leví o Israel), los que tienen un evento especial a cumplir o festejar tendrán preeminencia para ese honor. Para maftir se deben leer por lo menos los tres últimos versículos del capítulo, que ya fueron leídos para la séptima persona. ORACIÓN DE MUSAF DE SHABAT Musaf se recita en shabatot, en los comienzos de mes y en todas las festividades mencionadas en la Torá. Fue decretada como recuerdo a la ofrenda adicional que se acostumbraba elevar en el Templo Sagrado, como demostración especial de la santidad y especialidad de esos días. Las oraciones de shajarit y minjá son por las ofrendas constantes, que se llevaban cada día en shajarit y al atardecer. En días especiales, en los cuales se ofrendaba uno más en el Templo Sagrado, se agregó en su recordación una oración más que se acostumbra hasta nuestros días. La oración de musaf está compuesta también por siete bendiciones. La bendición central que culmina con Baruj atá A-do-nai E-lo-heinu, mekadesh hashabat - Bendito seas Tú, Di-s que santificas al Shabat-, comienza con las palabras: "estableciste el Shabat, te agradan sus ofrendas". Esta parte de la oración está compuesta en forma de acróstico alfabético invertido. En la repetición del oficiante se recita kedushá – santificación - con un texto ampliado. Según el rito sefarad comienza con las palabras keter itnu lejá - una corona te dan y según el rito ashkenaz: naaritzaj venakdishaj – te santificamos y te reverenciamos –. En el Shabat que coincide con Rosh Jodesh, se cambia el texto por uno en el cual se incluyen las ofrendas de musaf de Shabat y de Rosh Jodesh. La oración comienza con las palabras: atá iatzarta olamjá mikedem – Tú creaste al mundo en los tiempos pasados - y culmina con la bendición Baruj atá A-do-nai El-lo-heinu, mekadesh hashabat veisrael verashei jodashim - Bendito seas, Tú Di-s, que santificaste al Shabat, Israel y el comienzo de los meses –. En la repetición del oficiante en musaf los cohanim suben al estrado a bendecir al pueblo. En algunos rituales en la diáspora sólo bendicen en las festividades. Cuando finaliza la repetición de la oración se dice kadish titkabel y ein kee-lokenu - no hay como nuestro Di-s. Luego se recita un resumen de los salmos, que los levitas estaban acostumbrados a cantar desde el estrado del Templo Sagrado - shir shel iom – cántico del día -. Al pronunciar Tana debé Eliahu, – se enseñaba en la escuela de Eliahu, que aquel que estudia la interpretación legal de la Torá diariamente, ciertamente gozará de las ventajas del mundo venidero – y las palabras de Rabí Eleazar, que dijo en nombre de Rabí Janiná: talmidei jajamim marbim shalom baolam – los sabios promueven la paz en el mundo-, los dolientes dicen kadish derabanán y luego toda la congregación dice aleinu leshabeaj - es nuestro deber alabar al Señor de todo (que es la plegaria de Ieoshúa bin Nun) y culmina recitando kadish iatom. En cada Shabat se acostumbra, al concluir la oración, cantar shir hacavod - canto de gloria -: "compondré canciones y cantos tejeré - pues a Ti mi alma aspira - Mi alma ansiaba el abrigo de tu mano para conocer cada misterio de tus secretos". Hay comunidades, que acostumbran a cantarlo al concluir la oración de shajarit antes de la lectura de la Torá, para que haya más atención. Es costumbre, que un niño suba al estrado y cante la canción. Se debe abrir el Arca. Shir hacavod fue compuesto en forma de acróstico abecedario y en forma de verso entre cada versículo. Al finalizar se recita kadish iatom y de esta manera concluye la oración de musaf de Shabat.

Havdalá

Havdalá significa "separación". Es la plegaria recitada sobre el vino al finalizar el Shabat. El Kidush marca el comienzo y la Havdalá el final. Ambos marcan los límites del Shabat. La Havdalá, de acuerdo a la Kabalá permite que el aire de santidad, paz y bendición del Shabat impregnen también los días mundanos de la semana. La importancia de la Havdalá la vemos del hecho de que esta prohibido comer, beber y realizar trabajos hasta tanto se hallan pronunciado la Havdalá. Tanto los hombre como las mujeres deben escucharla. La Havdalá comprende tres partes. La primera consiste de selecciones alegres de Isaías y de los Salmos, inclusive también el famoso versículo del Libro de Ester: "Para los judíos hubo luz y alegría, jubílo y honor", a lo que agregamos las palabras: "¡que así sea con nosotros!" La parte intermedia contiene tres bendiciones en este orden: sobre el vino, las especias aromáticas y sobre la luz. Las especias: ¿por qué? Nuestros Sabios declara que en Shabat estamos imbuidos de un "alma adicional". Cuando el Shabat se va, este "alma adicional" también parte, dejándonos algo débiles y entristecidos. Por este motivo durante la Havdalá inhalamos la fragancia de las especias que refrescan el alma, al fin de sentirnos vigorizados espiritualmente. La luz ¿Cómo y por qué? Es costumbre sostener en alto la mano derecha a la luz de dos velas con la palma cerrada, doblando los dedos sobre el pulgar, y observar el reflejo de la luz de la vela sobre las cuatro uñas. El motivo de este procedimiento es que debemos hacer un real uso de la luz cuando recitamos la bendición de la misma. El motivo por el cual hacemos la bendición de las "luces del fuego" al finalizar el Shabat es que fue en la noche siguiente al séptimo día de la Creación cuando Adam hizo su primer fuego. Nuestros Sabios nos cuentan que cuando Di-s creó el primer hombre, Adam, al sexto día de la creación, no descendió la oscuridad sobre la Tierra hasta la noche siguiente, la del sábado. Cuando finalmente vino la oscuridad, Adam se asustó, golpeó dos pedernales entre sí y obtuvo la primera luz producida por el hombre. La sección final comienza y termina con la bendición que alaba a Di-s "que establece una distinción entre sagrado y profano". En esta bendición de Havdalá se notan cuatro distinciones básicas: entre lo sagrado y profano, entre luz y oscuridad, entre Israel y las naciones, y entre el Séptimo día y los seis días de la Creación (de trabajo). Todas estas distinciones encuentran expresión en la conclusión del Shabat. Las reconocemos y las reafirmamos en la Havdalá.

Recitando la Havdalá

Se toma una copa de vino casher y se recita el siguiente texto: En verdad, Di-s es mi salvación; confío y no he de temer, pues A-do-nai Di-s es mi fortaleza y canto, y El ha sido una ayuda para mí. Extraeréis agua con júbilo de los manantiales de la salvación. La salvación es de A-do-nai venga sobre Tu pueblo Tu bendición para siempre. A-do-nai de las huestes está con nosotros, nuestra fortaleza para siempre es el Di-s de Iaacov. A-do-nai de las huestes, dichoso el hombre que confía en Ti. A-do-nai, sálvanos; que el Rey nos responda en el día en que clamamos. Para los judíos hubo luz y alegría, júbilo y honor que así sea con nosotros. Levanto la copa de salvación e invoco el nombre de A-do-nai. (Sobre el vino:) ¡Atención, señores! Bendito eres tú, A-do-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que crea las distintas clases de especias. (Después de la siguiente verja deben plegarse los dedos sobre el pulgar - el pulgar no debe verse - y observarse las cuatro uñas.) Bendito eres Tú, A-do-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que crea las luces del fuego. Bendito eres Tú, A-do.nai nuestro Di-s, Rey del universo, que establece una distinción entre sagrado y profano, entre luz y oscuridad, entre Israel y las naciones, entre el Séptimo día y los seis días de trabajo. A-do-nai, que establece una distinción entre sagrado y profano. Volver