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El infierno de Paulo Coelho

  • ️Sun Nov 30 2008

¿Realidad o ficción? Ésa es la pregunta que a una le asalta cuando escucha a Fernando Morais relatar el proceso que siguió para escribir la biografía de Paulo Coelho, uno de los escritores más vendidos -cien millones de libros- y leídos del mundo -traducido a 67 lenguas-, y quizá uno de los que mejor conocen y manejan el mundo del marketing, como demostró cuando él mismo colgó en la red, en su blog, la versión pirata de las traducciones a otros idiomas de algunas de sus obras -lo que provocó el aumento de las ventas-, e incluso adelantó los primeros once capítulos de «La bruja de Portobello», el libro en el que estaba trabajando en esos momentos.

«El mago» (Planeta) es el título de la biografía que desvela ahora otros capítulos, desconocidos y más oscuros -como su paso por el manicomio, la cárcel, las drogas, el satanismo-, de la vida del escritor y a los que llegó Morais de una manera bastante novelesca, según explicó él mismo esta semana en Madrid.

Tras llegar a un acuerdo con Coelho, el periodista brasileño pasó los primeros meses viajando entre París, donde reside el escritor, y Brasil. Las entrevistas y el proceso para recopilar información le llevaron ocho meses, un trabajo que se tradujo en 200 folios que Morais tuvo que, literalmente, «tirar a la papelera». Sucedió tras leer una cláusula en el testamento de Coelho, referida a un baúl «que debía ser incinerado, sin abrir por nadie, incluida su esposa, después de su muerte».

Morais, que había gozado de todo tipo de facilidades para realizar el libro, inmediatamente le pidió las llaves a Coelho, quién le retó: «Te las daré si descubres el nombre de quien me torturó en 1969». Una tarea no tan imposible como pensaba el escritor. Cuando Morais abrió el baúl no encontró los dibujos y juguetes que le vaticinó Coelho sino 170 cuadernos y 94 cintas de casete, que constituían «el diario personal del autor desde los 10 a los 50 años» y del que empezaron a salir «demonios y diablos. Tuve que volver a empezar», dice Morais.

Lo probó todo

Estas confesiones, reveladas hoy, reflejan el viaje personal realizado por el autor, nacido en una familia de fuertes convicciones religiosas -estudió en un colegio de jesuitas-, que le llevaron a adentrarse en territorios contestatarios, como una secta satánica, «a la que pertenecía Manson, el asesino de Sharon Tate».

Ingresado por su padres en un manicomio, donde sufrió descargas de electroshock, también estuvo en prisión, fue secuestrado, protagonizó un atropello del que escapó, probó todo tipo de drogas -«Coelho no tiene términos medios, siempre le ha gustado experimentar»-, llegó a apagarle un cigarrillo sobre la pierna a una de sus novias, experimentó la homosexualidad, tuvo dos matrimonios «poco ortodoxos»...

La transformación llegaría en 1982, cuando en el campo de concentración de Dachau tuvo una aparición -Morais opina que producida «tal vez por las drogas tomadas en el pasado...»-. Aquello le devolvió al camino del cristianismo militante y le empujó a escribir su primer gran éxito, «El peregrino de Compostela» (1987).

Morais califica de «milagro de Dios» que Coelho sobreviviera a todas estas experiencias y se convirtiera en el hombre de éxito que es hoy, producto también -matiza- de su enorme «obstinación». «Coelho nunca quiso ser otra cosa que un escritor leído en todo el mundo. El éxito ya lo había conseguido en todas las actividades que había desarrollado -músico, empresario, periodista, dramaturgo-, pero él siempre quiso, desde que era niño, ser escritor y en ello ha concentrado todas sus energías».

Reconoce que el autor de «El alquimista», una vez desvelados sus secretos más íntimos, se «arrepintió» de ofrecerle aquella llave, «porque la memoria hace olvidar muchas cosas que él ya no recordaba». En cuanto a cuál puede ser el efecto de este libro -del que se prepara una película para el año próximo- sobre la gran legión de lectores de Coelho, cree que una parte de ellos «se emocionará al leer lo que ha sufrido; otros reconocerán parte autobiográfica en sus libros, y algunos que nunca le han leído se interesarán por su obra».