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Su fe movió montañas | El Diario Vasco

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OIER FANO

Domingo, 25 de noviembre 2007, 02:03

SAN SEBASTIÁN. DV. El paraguayo Julio González Ferreira, que ha regresado al fútbol profesional pese a perder un brazo en un accidente, abandera un grupo de deportistas que ha demostrado que es posible llevar una vida normal después de graves enfermedades o accidentes. Aunque tienen el mismo mérito que los héroes anónimos que luchan a diario contra estas adversidades, lo cierto es que esta pléyade de atletas ocupa un lugar en el corazón de la afición al deporte, por el mensaje de esperanza que transmite al común de los mortales.

LANCE ARMSTRONG

Ciclista

Cáncer, metástasis, y operación cerebral

Los siete Tour que figuran en el palmarés de Lance Armstrong quedan en un segundo plano si los comparamos con la lucha que mantuvo contra un cáncer. Su vuelta a la élite ciclista es uno de los más memorables episodios de la historia del deporte. En 1996 se le detectó un tumor testicular, con metástasis en pulmones y cerebro. La estadística, tal y como afirma el americano en su biografía Mi vuelta a la vida, no daba pie al optimismo, al cifrar su esperanza de vida en apenas un 3%.

«Cuando me comunicaron que tenía cáncer, decidí pelear contra él. Le dije: 'Te has equivocado de persona. Al elegir un cuerpo para vivir en él, cometiste un error porque seleccionaste el mío'. Pero, en el fondo, sabía que todo eran fanfarronadas. Mi cara estaba pálida, mis ojos hundidos y mi boca parecía una línea delgada sobre el rostro. Entonces, cambié de táctica e intenté negociar con la enfermedad. 'Ok, si el trato es que nunca vuelva a montar en bici, de acuerdo, pero quiero vivir' ».

Lance fue sometido a durísimas sesiones de quimioterapia, se pasaba horas y horas en posición fetal vomitando, y un neurocirujano realizó una intervención en su cerebro para extirparle varios tumores. Pero en apenas dos años volvió a sentarse sobre una bicicleta, y sus posteriores éxitos son por todos conocidos.

JULIO GONZÁLEZ FERREIRA

Futbolista

En la élite y jugando con un solo brazo

La carrera del paraguayo del Vicenza Julio González Ferreira marchaba por el buen camino. No era una estrella rutilante del Calcio, pero su nivel le había permitido ser internacional, conseguir una medalla de plata olímpica en Atenas 2004 y gozar de prestigio en su país. Hasta que un desgarrador accidente de coche un año después de los JJ OO le supuso la amputación de su brazo izquierdo. Como es lógico, ni el más optimista pensó que podría regresar a los campos como futbolista profesional, pero el paraguayo está hecho de otra pasta, y acaba de reaparecer, ante el asombro y la admiración de toda la afición mundial. «Pasé momentos muy difíciles en la vida, pero nunca dejé de creer en Dios, que ahora me da otra vez la alegría y la posibilidad de hacer lo que más me gusta: jugar al fútbol», afirmó González. Ahora milita en las filas del Tacuary, de la primera paraguaya. Juega sin su brazo ortopédico que utiliza en su vida cotidiana. Y no lo hace nada mal, por cierto.

ALBERTO CONTADOR

Ciclista

Adalid del «querer es poder»

Su caso da la razón a quienes dicen que la vida puede dar un giro radical de un día para otro. La biografía del joven madrileño Alberto Contador, reciente campeón del Tour de Francia, está marcada por una etapa de la Vuelta Asturias de 2004 en la que sufrió convulsiones sobre la bicicleta, yendo a parar sus huesos al asfalto.

El diagnóstico de lo que le había ocurrido era un cavernoma cerebral, una malformación congénita en una arteria del cerebro. La complicada operación a la que fue sometido, y de la que conserva un recuerdo en forma de cicatriz sobre su cráneo, se saldó con éxito pese a los peligros que entrañaba. La muerte le miró a los ojos, pero Contador prosiguió con su meteórica carrera. Ocho meses después de la intervención, y pese a que siempre caminaba con alguien cerca ante la posibilidad de caer desplomado por las secuelas, volvió a la competición en el Tour Down Under australiano, en el que se llevó una etapa. «Querer es poder», era la frase con la que Alberto trataba de apaciguar los ánimos de su madre, atemorizada por la grave enfermedad del ciclista.

Tras ganar el primero de sus tres Tour, Greg Lemond también estuvo a punto de morir después de recibir un disparo de escopeta fortuito durante una cacería. Un amigo suyo le alcanzó por error. Según los cirujanos que le operaron, entre diez y treinta perdigones penetraron en su cuerpo, afectando al diafragma, el hígado, el intestino delgado y un riñón. Pero el accidente no supuso una rémora para que el simpático ciclista lograra dos victorias más en París.

GAIL DEVERS

Atleta

Se resistió a perder una pierna

La imagen que generalmente viene a la mente del aficionado al escuchar el nombre de la atleta de Seattle es la de una mujer con unas largas uñas y una velocidad endiablada. Pero antes de que su curioso look diera la vuelta al mundo, Devers libró una pelea contra una extraña enfermedad. En 1988, con un puesto asegurado para los Juegos Olímpicos de Seúl, se le diagnosticó la enfermedad de Grave, que provoca hinchazón y pérdida de sangre en el pie. La dolencia se extendió por sus extremidades, y los médicos consideraron que la mejor opción era amputarle una pierna, para evitar males mayores. Pero Gail, con el inconformismo y el afán de superación propios de los grandes deportistas, decidió probar terapias alternativas antes de poner fin a sus incipientes éxitos. Contra todo pronóstico y tras muchos meses de lucha y malos ratos, consiguió una plena recuperación y participó en los Juegos de Barcelona. Se llevó el oro en los cien metros lisos. Cuatro años después, en Atlanta, reeditó cetro. Su lucha contra la adversidad llegó a la gran pantalla bajo el título de La historia de Gail Devers. La forma con que Magic Johnson digirió su contagio por el virus VIH y su posterior actividad como persona vinculada al deporte también despierta admiración en EE UU. El de Michigan convive desde hace dieciséis años con la enfermedad, y meses después de hacer público su contagio logró el oro olímpico con el Dream Team en Barcelona.

MIHA ZUPAN

Ala-pívot del Olimpia Ljubljana

El pívot que no puede oír la bocina

Promediar en Euroliga 7 puntos y 3 rebotes en quince minutos tiene su mérito relativo. No son números espectaculares, pero hablamos de la competición continental más potente. Pero esos números sorprenden si el que los firma es un jugador sordo. Miha Zupan, ala pívot del Olimpia Ljubljana, no consiguió comunicarse con la gente hasta que cumplió los catorce años. Tampoco a esa edad había descubierto el mundo del basket. Diez años después, a sus 24, ya es internacional con su selección. Sus palabras las firma cualquiera de los deportistas que aparecen en este reportaje. «Por más problemas que tengas en la vida, no hay límites para lo que tu corazón desea».

LUDMILA ENQUIST

Atleta

Recuperación a ritmo de sprint

Ludmila Enquist sufrió un brevísimo paréntesis en su dilatada carrera. A la atleta sueca, ex campeona olímpica de los 100 metros vallas, se le diagnosticó en abril de 1999 un cáncer de mama por el que sufrió la extirpación de un pecho. Pese a las devastadoras consecuencias de la quimioterapia, la sueca reanudó los entrenamientos poco después, y volvió a la competición de alto nivel en julio. A finales de agosto, cuatro meses después de ser operada y tratada, consiguió la medalla de bronce en los mundiales de Sevilla. El final de su carrera se vio salpicado por dos sanciones por dopaje.

El tenista español Félix Mantilla, flamante ganador del Masters Series de Roma ante el todopoderoso Roger Federer en 2003, regresó recientemente a las pistas con un curioso atuendo que le protege totalmente del sol. El cáncer de piel que sufrió y del que acaba de recuperarse por completo le ha llevado a tomar conciencia de los peligros de competir sin protección solar. Poco a poco los resultados positivos van llegando, y ya le hace la vida difícil a tenistas de la talla de Carlos Moyá.

El golfista Paul Azinger también tuvo que abandonar la práctica de su deporte debido a un linfoma. «Nunca pensé 'por qué a mí'», asegura el campeón del PGA en 1993, meses antes de sufrir la enfermedad. Su característica imperturbabilidad le sirvió de mucho. «Cuando te ocurre algo de este estilo puedes lamentarte constantemente o mirar de frente al problema, y eso es lo que hice». Tras seis tratamientos de quimioterapia, el capitán de EE UU en la Ryder Cup se recuperó y siguió dando guerra en la élite. «Sé que no estoy hecho a prueba de balas, que soy tan vulnerable como el siguiente hombre o mujer que sufra esta enfermedad, pero lo que he aprendido es que tenemos que vivir la vida intensamente y afrontar las adversidades de cara».

ÁLEX ZANARDI

Piloto

El conductor que nunca mira atrás

Antes de que Fernando Alonso llegara a la Fórmula Uno y en pleno reinado del Kaiser Schumacher, un modesto piloto, Alex Zanardi, se fajaba en cada gran premio por arañar algún punto. El italiano estuvo a punto de perder la vida en 2001, tras ser embestido por un monoplaza en una prueba del campeonato americano de Champ Car.

El brutal accidente provocó la amputación de sus dos piernas por debajo de las rodillas. Lejos de amilanarse, volvió a los circuitos, en Monza, en 2004, a los mandos de un BMW, en el Campeonato de Europa de Turismos (ETCC). Conduce un coche adaptado que le permite acelerar y frenar con las manos.

Simbólicamente, cubrió los trece giros que restaban para concluir la carrera en la que perdió parte de sus extremidades. «En la vida siempre prestas atención a lo que sucede a tu alrededor pero nunca crees que puedes acabar viviendo problemas que parecen ajenos. Después de mi accidente mi visión de la vida ha cambiado porque ahora entiendo que cuando algo malo ocurre -a ti o a alguien en tu familia- no eres el único en el mundo, tienes que mantener tus ojos abiertos a lo que sucede a tu alrededor. Soy una persona muy afortunada porque nací con un carácter muy optimista. Siempre veo la botella medio llena. En cuanto desperté ya miraba hacia adelante».

ROBBEN, MOLINA, PENEV...

Futbolistas

Todos superaron el cáncer de testículo

El ex jugador búlgaro del Valencia y Atlético de Madrid entre otros, Luboslav Penev, fue el primer futbolista contemporáneo en sufrir una dolencia que posteriormente ha aparecido en más compañeros de profesión. El cáncer de testículo. El búlgaro tuvo una pronta recuperación y posteriormente se proclamó campeón de Liga y Copa con el Atlético. Actualmente lleva una vida normal.

El habilidoso zurdo Arjen Robben, jugador del Real Madrid, superó la misma enfermedad antes de fichar por el Chelsea. «Me asusté muchísimo. Fue una época difícil para mí y el fútbol dejó de ser importante», confesó el holandés. El guardameta José Francisco Molina, también miembro del doblete colchonero junto a Penev, colgó durante un tiempo las botas cuando militaba en el Deportivo de la Coruña. Pero el tumor testicular sólo privó durante pocos meses a la afición de sus paradas, pues volvió rápido y recuperado.

Su imagen, sin pelo, debido a las sesiones de quimioterapia, impactó a los aficionados, que celebraron su retorno a los campos. «Cuando me encontraba bien trataba de entrenar para que el cuerpo no se olvidara de que soy futbolista. Además, no sabía si esto iba a durar tres meses o más. Iba al gimnasio e intentaba hacer todo lo que podía para no perder totalmente la forma física», explicaba el valenciano. «No soy mucho de ver fútbol, pero le prestaba atención y hasta llegué a ponerme la radio para oír el carrusel. En ese momento me dije 'qué mal estoy para hacer esto'», bromeaba el ex jugador del Deportivo. El meta argentino Roa también salió indemne de esta enfermedad, mientras que Sergio Aragoneses, ex portero del Getafe y hoy en el Hércules, ha vencido en dos ocasiones a este tipo de cáncer.

JAVIER OTXOA

Ciclista

«Nunca hay que tirar la toalla»

Sin apenas poder saborear las mieles del triunfo tras una épica victoria de etapa del Tour en Hautacam en el 2000, Javier Otxoa sufrió el revés más duro de su vida. El ex ciclista de Kelme marchaba en bicicleta por las cunetas de Málaga junto a su hermano y compañero de equipo Ricardo, y fue atropellado por un coche. Ricardo perdió la vida al ser embestido de lleno y Javier quedó maltrecho. Permaneció más de dos meses en coma.

Las secuelas del brutal atropello le impidieron seguir con su carrera profesional, pero Javier se negó a abandonar el deporte y ahora acumula medallas y sabe lo que es triunfar en los Juegos Paralímpicos. «Estuve 65 días en coma. Los médicos no eran nada optimistas porque tenía fracturas por todos lados. La columna vertebral estaba aplastada y no sabían si tenía tocada la médula ósea, por lo que podría haberme quedado paralítico», aseguraba en una entrevista. «Lo último que hay que hacer es tirar la toalla. Ojalá estuviera al 50% de como estaba antes, pero tengo que hacer todo lo que pueda por recuperarme».

El bravo deportista vizcaíno trabaja ferozmente para poder llevar una vida lo más normal posible. Tiene problemas de equilibrio y de retención de memoria a corto plazo. No puede vivir solo pero mantiene intacto el espíritu combativo.

OSCAR PISTORIUS

Atleta

'Blade Runner' pone en jaque a la IAAF

No sabe lo que es correr como una persona de a pie porque no recuerda la breve época de su vida en la que conservó sus piernas. Oscar Pistorius, surafricano de apenas veintiún años, perdió sus dos piernas por debajo de las rodillas a la temprana edad de trece meses, como consecuencia de una malformación en sus huesos. La anomalía podía degenerar y causarle trastornos mucho más importantes.

Ante esta tesitura, sus padres consideraron que podría adaptarse mejor a su nueva vida si se sometía pronto a la amputación, y acertaron de pleno. Oscar trata hoy de conseguir el billete para los Juegos Olímpicos del próximo año, y poder competir así junto a los Asafa Powell o Yelena Isinbayeva. Corre los cuatrocientos metros lisos. Utiliza unas vistosas prótesis de carbono prohibidas por la IAAF, que las considera «ayudas técnicas». El atleta tiene una marca personal de 46.34. Para poder ir a Pekín necesita un registro de 45.50 segundos y el beneplácito de la IAAF, que debería escuchar a los aficionados y expertos. Se convertiría en el primer atleta paralímpico en competir en unos Juegos. En 200 metros su marca es 21.58 segundos -la plusmarca de Michael Johnson es de 19.32- mientras que en los 100 metros, registra 10.91 -9.85 fue el oro olímpico en 2004-.

DIMITRI BILOZERCHEV

Gimnasta

Oros tras romperse la pierna por 40 partes

El moscovita, uno de los más grandes y completos gimnastas de la historia, será siempre recordado por firmar un regreso de ciencia ficción tras una grave colisión. Se proclamó campeón del mundo individual en 1983, con sólo 18 años. Su carrera prometía muchos más éxitos, pero se vio frenada semanas antes del Campeonato del Mundo de 1985, cuando se fracturó una pierna por 40 sitios diferentes, como consecuencia de un accidente de coche.

El panorama era desalentador, y los médicos sopesaron en firme amputarle la pierna como la mejor de las soluciones. Pero, al final, salvaron su extremidad y Dimitri deleitó de nuevo al mundo del deporte. En 1987 volvió a ser campeón del mundo. En Seúl logró el oro en anillas y en potro, mientras que fue bronce en el concurso general individual. Sus problemas con el alcohol frenaron sus progresos e impidieron que el soviético aprovechara todo su talento. Hoy vive en Oregón, Estados Unidos, y ejerce como entrenador de jóvenes promesas.