Crítica de ‘Sentimental’
- ️Wed Jan 01 2020
Dirección: Cesc Gay Reparto: Javier Cámara, Griselda Siciliani, Belén Cuesta y Alberto San Juan Título original: Sentimental País: España Año: 2020 Fecha de estreno: 30-10-2020 Género: Comedia Guion: Cesc Gay Fotografía: Andreu Rebés Sinopsis: Julio (Javier Cámara) y Ana (Griselda Siciliani) hace más de quince años que están juntos. Forman una pareja que ya no se mira ni se toca, y que ha hecho del combate diario la esencia de su relación. Esta noche Ana ha invitado a casa a sus vecinos del piso de arriba, Salva (Alberto San Juan) y Laura (Belén Cuesta), una pareja más joven que ellos, amable y simpática, pero cuyos “ruidos” se han convertido en una molestia para Julio y Ana...¿o quizás en un estímulo? Los vecinos de arriba les harán una inusual y sorprendente propuesta que convertirà la velada en una experiencia excesiva y catártica para los cuatro.
Lo mejor: La sucesión de sorpresas que surgen en el encuentro.
Lo peor: Llega a ser tan divertida que se desea que dure un poco más.
Ante la abrumadora oferta de cine que apuesta por imágenes tan imponentes como huecas supone una autentica delicia toparse con una propuesta como Sentimental, una cinta que seduce con palabras. Por su planteamiento se aproxima a la traviesa Un dios salvaje (Roman Polanski, 2011), por la brillantez y retranca de sus diálogos a la colosal La huella (Joseph L. Mankiewicz, 1972) y por lo que trata, el sexo como elemento protagonista pero sin escenas explícitas, a la gozosa Una relación privada (Frédéric Fonteyne, 1999). El film gira, con mucho humor, en torno a la complejidad de las relaciones humanas; la curiosidad por nuestros semejantes; la necesidad de abrirse a los otros, y la riqueza de nuestra imaginación, que puede llevarnos a conclusiones erróneas cuando jugamos a juzgarlos. Temas habituales en la trayectoria del director Cesc Gay, que logra, para quien suscribe, su película más redonda desde En la ciudad; la más medida y desenfadada, la menos pesimista. Inspirada en su propia comedia teatral Los vecinos de arriba, ha sabido liberarla de lastre escénico. Gay demuestra de nuevo su maestría en la dirección de actores, unos intérpretes que con la entonación de la voz y miradas, gestos, sonrisas, guiños e indudable oficio le dan todo su sentido a cada palabra, a cada frase. Un reparto en estado de gracia que logra algo tan mágico como hacer partícipe al público de su jovial complicidad. La argentina Griselda Siciliani, ¡cómo se nos pudo pasar inadvertida su presencia, aunque fugaz, en aquella tierna historia de perdedores que era El último Elvis!(Armando Bo, 2012), es el gran descubrimiento del film. Sobre ella recae en gran medida el peso de la acción, que se convierte en una desternillante partida de pimpón verbal por parejas con la entrada en escena de un guasón Alberto San Juan, en su mejor trabajo junto a Bajo las estrellas; una zalamera falsa ingenua Belén Cuesta, y un aguafiestas Javier Cámara, a quien toca cargar con el papel menos agradecido del cuarteto.