Juan Mayorga, un Princesa de Asturias de las Letras que honra la grandeza del teatro
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- ️Wed Jun 01 2022
Los grandes premios de literatura no son especialmente generosos con los dramaturgos. En la historia del Nobel, que entregó su primer galardón al poeta francés Sully Prudhomme en 1901, solo 14 autores han sido reconocidos expresamente por su dramaturgia. Entre ellos, dos españoles, José Echegaray (1904) y Jacinto Benavente (1922), además de otras máximas figuras del género como George Bernard Shaw (1925), Luigi Pirandello (1934), Eugene O'Neill (1936), Jean-Paul Sartre (1964) o Samuel Beckett (1969). A su vez, sin embargo, la academia sueca se olvidó de absolutos gigantes como Henrik Ibsen, Bertolt Brecht o Tennessee Williams, por no hablar de que llevamos casi dos décadas sin un nuevo autor teatral con Nobel (el último fue Harold Pinter en 2005).
El Premio Princesa de Asturias de las Letras ha seguido una deriva parecida: desde que el poeta José Hierro recibiera el primero en 1981, solo dos dramaturgos han recogido el galardón, el español Francisco Nieva (1992) y el estadounidense Arthur Miller (2002), otro gran olvidado incomprensiblemente por el Nobel.
Por ello, es un gran motivo de celebración que el jurado del Princesa de Asturias haya decidido reconocer este año a Juan Mayorga (Madrid, 1965), el autor teatral español más internacional de la actualidad y quizá máximo representante de una gran generación de dramaturgos españoles que ha destacado en las últimas décadas en nuestro país y en el exterior.
Para Mayorga, el galardón es el colofón a una serie de reconocimientos que ha ido recogiendo en este siglo: en 2007 recibió el Premio Nacional de Teatro, en 2013 hizo lo propio con el Premio Nacional de Literatura Dramática y en 2018 fue elegido miembro de la Real Academia Española para el sillón "M". Hay que recordar que también es miembro fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España, uno más de sus esfuerzos para situar al teatro en el lugar que le corresponde.
Según el acta, el jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022, presidido por Santiago Muñoz Machado, actual director de la RAE, ha decidido premiar al dramaturgo madrileño “por la enorme calidad, hondura crítica y compromiso intelectual de su obra: acción, emoción, poesía y pensamiento. Desde sus comienzos, Mayorga ha propuesto una formidable renovación de la escena teatral, dotándola de una preocupación filosófica y moral que interpela a nuestra sociedad, al concebir su trabajo como un teatro para el futuro y para la esencial dignidad del ser humano”.
Juan Mayorga junto a Blanca Portillo durante la presentación de Silencio.SOPA Images/Getty Images
No se menciona expresamente, pero en la decisión ha tenido sin duda peso la repercusión que tuvo su última obra, Silencio (2022), representada a principios de este año en el Teatro Español y que fue absolutamente adorada por el público y la crítica. Escrita y dirigida por él, está interpretada por Blanca Portillo y basada en el discurso de ingreso del autor en la RAE. Es en sí misma un homenaje al teatro y al poder de los silencios, a Lorca, a los gigantes rusos y a los clásicos griegos.
Resume bien de lo que es capaz un autor que es profesor de filosofía y matemáticas a la par que dramaturgo, y que empezó a destacar desde que en 1993 fundase el Teatro del Astillero, un proyecto de vanguardia teatral en el que también participaron otros nombres destacados como José Ramón Fernández, Guillermo Heras o Angélica Liddell. Después
A ello le siguió la primera adaptación teatral de un texto suyo, Más ceniza (Premio Calderón de la Barca, 1992), dirigida por Adolfo Simón en la sala Cuarta Pared de Madrid. Después llegaron El traductor de Blumemberg (1993), El sueño de Ginebra (1993), Cartas de amor a Stalin (1997), El jardín quemado (1999), La mujer de mi vida (1999) y El Gordo y el Flaco (2001).
SOPA Images/Getty Images
Con el cambio de siglo se fue adentrando más en la crítica política y social, en lo que él llamó “teatro histórico de urgencia”, especialmente a través de su vinculación con el grupo Animalario de Alberto San Juan o Guillermo Toledo. Para ellos escribió, junto al también dramaturgo Andrés Lima, obras como Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente (2002), Últimas palabras de Copito de Nieve (2004) o Hamelin (2005).
Su obra quizá más conocida y representada es El chico de la última fila (2006), que el cineasta francés François Ozon adaptó en el sobresaliente filme En la casa (2012), ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
En la década pasada, Mayorga, siempre influenciado por la filosofía de Walter Benjamin (su tesis doctoral está basada en él) y el teatro de Pinter, siguió triunfando con Reikiavik (2012), El Golem (2015) o El mago (2017), entre otras obras. Y en la escena teatral postpandemia sigue cosechando aplausos, como ha demostrado Silencio, y parece que tiene ganas de seguir muchos años escribiendo teatro. Lo hace siempre mirando al futuro porque, como dijo en una entrevista a eldiario.es, “intento escribir textos que despierten el deseo de teatro. Lo hago para la gente que me rodea pero también para futuros espectadores…. A veces las obras que uno escribe son para el teatro que vendrá dentro de veinte años y no para el que se hace cuando uno las escribe”.
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